Nuestro viaje a Ámsterdam en 3 días nos llevó a disfrutar de una ciudad a la que teníamos ganas de llegar desde hace años y a la que por un motivo u otro, siempre habíamos dejado de lado.
Dicen que no hay muchos países en el mundo con tanta agua debajo de sus tierras y con tanto terrenos ganado al mar. Estamos hablando de los Paises Bajos.
Lo mismo podemos decir de Ámsterdam, la capital de la cultura, los coffees shop y los canales, donde podemos encontrar edificios del s. XVII combinados con esculturas fumando porros.
Aterrizamos ya entrada la noche, por lo que decidimos irnos al hotel directamente para poder descansar y empezar el primer día con las pilas cargadas.
Primer día
Suena el despertador a las 7 de la mañana y a tope de energía y con el desayuno recién comido, empieza la aventura.
Debido a que nuestro hotel se encuentra muy cerca a la Estación Central, decidimos hacer una visita rápida antes de adentrarnos en las callejuelas de Amsterdam.
Empezamos a ver los famosos canales de Ámsterdam y un ambiente que después de tan solo unos minutos, nos está gustando muchísimo.
Visitamos el canal Singel, y empezamos a ver los primeros barcos-vivienda y las primeras escenas que invitan a no dejar de apretar el disparador de la cámara.
Después de esta primera toma de contacto, por el canal Singel llegamos a la Casa de Ana Frank y como
esperábamos había mucha cola, así que decidimos dejar
esta visita para el último día que tendremos la mañana menos apretada de
visitas.
Justo al lado de la Casa de Ana Frank tenemos la Westerkerk, donde queremos subir a la torre (algo que también dejaremos para el último día junto a Ana Frank) y visitar la Iglesia.
Justo al lado de la Casa de Ana Frank tenemos la Westerkerk, donde queremos subir a la torre (algo que también dejaremos para el último día junto a Ana Frank) y visitar la Iglesia.
Con un cielo entre nubes, que nos deja ver el sol de vez en cuando, sin
ver nada que nos llame mucho la atención en Westerkerk, seguimos hasta
el Homomonument, que está justo al lado.
El Homomonument son tres triángulos de granito, de 10x10x10m, que recuerdan la persecución por parte de los nazis, quienes obligaron a llevar a los gays un parche en forma de triángulo rosa.
El Homomonument son tres triángulos de granito, de 10x10x10m, que recuerdan la persecución por parte de los nazis, quienes obligaron a llevar a los gays un parche en forma de triángulo rosa.
Seguimos el recorrido por las calles de Ámsterdam, siempre acompañados
por los canales y acabamos en la zona de Negen Straatjes o 9 calles, que
representan la concentración más densa posible de los placeres del
consumo.
Estas nueve calles son en realidad bastante pequeñas, cada una de una sola manzana de longitud y sus tiendas son bastante pequeñas aunque la mayoría especializada en una especie de artículo.
Estas nueve calles son en realidad bastante pequeñas, cada una de una sola manzana de longitud y sus tiendas son bastante pequeñas aunque la mayoría especializada en una especie de artículo.
Desde aquí y siendo ya las 12 de la mañana, decidimos ir hasta el
mercado de las flores de Ámsterdam.
Llegamos al barrio Spiegel pasados unos minutos de las 12 de la mañana y nos encontramos con una de las zonas más bonitas que hemos visto hasta ahora en las pocas horas que llevamos en Ámsterdam.
El Bloemenmakt o mercado de las flores es uno de los símbolos más
emblemáticos de la ciudad, con la asombrosa Munttoren, torre de la
menta, donde se acuñaban monedas antes de que cayera en manos francesas.
Perdernos entre las innumerables tiendas de flores nos hace perder durante unos minutos el sentido del tiempo y no nos dedicamos a otra cosa que a empaparnos de los colores y olores que tenemos frente a nosotros.
Perdernos entre las innumerables tiendas de flores nos hace perder durante unos minutos el sentido del tiempo y no nos dedicamos a otra cosa que a empaparnos de los colores y olores que tenemos frente a nosotros.
Y llegando a esta zona y siendo ya más de la 1 del mediodía es la hora
perfecta para recargar energías.
Son las 3 de la tarde cuando acabamos y viendo que el cielo
está bastante despejado, decidimos hacer un pequeño paseo por los canales de Ámsterdam con la compañía Blue Boat.
Pocos minutos antes de que salga el barco, ya estamos con nuestros
tickets en la mano y nos acomodamos en una de las mesas del interior,
aunque en la hora y cuarto que dura el trayecto, estamos continuamente
saliendo y entrando para disfrutar al máximo de esta nueva perspectiva
de los canales de Ámsterdam.
Acabamos el paseo por los canales, un
imprescindible sin duda alguna.
Desde
aquí la idea es empezar a hacer el recorrido que nos adentrará por el Barrio Rojo, otra de las visitas
imprescindibles en Ámsterdam. No hay mucho ambiente a estas horas, pero ya
vemos los primeros escaparates con chicas que realmente nos llaman
mucho la atención, no por lo que es, si no por la acumulación de grupos
de hombres, creemos que un 99% turistas, que se apretujan delante.
Después de un largo día, es hora de descansar por lo que terminamos nuestra ruta dirección al hotel.
Segundo día
Antes de coger el tren que nos llevará a visitar Zaanse Schans desayunamos en un Starbucks de la estación.
Después de desayunar nos vamos a sacar los tickets de tren de Ámsterdam a Koog-Zaandijk que es la parada en la que nos tenemos que bajar para visitar Zaanse Schans.
Llegamos a la zona de los molinos y nos encanta. Nos traslada en un minuto a pleno s.XVI
Vamos paseando por la calle central sin parar de hacer fotos,
disfrutando de un día de sol increíble.
Llegamos al molino de los pigmentos, la entrada cuesta 3.50 euros por persona, entramos dentro para
disfrutar de una experiencia que no habíamos tenido la ocasión de
disfrutar anteriormente: ver el interior de un molino.
Zaanse Schans es ese pueblecito que parece sacado de un cuento,
precioso, que nos parece mentira se encuentre a sólo 10 kilómetros de
Ámsterdam.
Zaanse Schans han logrado recrear el ambiente del típico pueblo holandés de los siglos XVII y XVIII en el que los molinos de viento junto al río son el atractivo principal.
Zaanse Schans han logrado recrear el ambiente del típico pueblo holandés de los siglos XVII y XVIII en el que los molinos de viento junto al río son el atractivo principal.
De aquí seguimos para visitar un par de tiendas de souvenirs, donde fabrican
los famosos zuecos, llegamos en el momento en el que están haciendo una
demostración, así que matamos dos pájaros de un tiro y aprovechamos
también para comprar algunos zuecos de madera sin color, algo más
diferentes a los que estamos acostumbrados y que no resultan “tan
turísticos”.
Sin duda después de la experiencia podemos decir que Zaanse Schans es una visita obligada, que aunque turística, se muestra como un museo al aire libre.
De camino a Bejinhof también aprovechamos para pasar por los
Edificios okupa Groote Keijser, donde encontramos un lugar de lo más
animado y sobretodo pintoresco.
Llegamos a Bejinhof y en el momento en el que atravesamos la puerta
nos sentimos como dentro de un cuento. Un pequeño patio nos recibe,
oculto entre casitas y jardines.
El Bejinhof del siglo XIV ya no es un secreto, pero continúa siendo un oasis de paz en el momento en el que se cruza su puerta.
Después de un rato de relajación seguimos nuestro itinerario, viendo aquello que no pudimos finalizar ayer, el Museo Van Gogh.
Llegamos al río Amstem y podemos disfrutar del famoso hotel Europa siguiendo hasta Rembrandtplein.
Después de un rato de relajación seguimos nuestro itinerario, viendo aquello que no pudimos finalizar ayer, el Museo Van Gogh.
Llegamos al río Amstem y podemos disfrutar del famoso hotel Europa siguiendo hasta Rembrandtplein.
Desde aquí, seguimos hasta Reguliersgracht, el canal de los 7 puentes, que son 15 mirando en todas las direcciones.
Caminando hacia el este llegamos de nuevo a las orillas del río Amstel, pudiendo ver el increíble Magere Brug y pasadas las esclusas el tejado del Koninklijk Theater Carré.
Caminando hacia el este llegamos de nuevo a las orillas del río Amstel, pudiendo ver el increíble Magere Brug y pasadas las esclusas el tejado del Koninklijk Theater Carré.
Desde aquí empezamos el recorrido de la zona de Niewmark, donde empezamos en el mercadillo de Waterlooplein, aquí encontramos cantidad de cachivaches.
Ahora vamos hasta la Casa Rembrand donde tampoco entramos, pero que no dejamos de conocer sus alrededores.
A veces imposible hacerlo todo y tenemos que dejar cosas pendientes
para otro viaje, así también tenemos una excusa perfecta para volver.
Seguimos con un tiempo espléndido y llegamos al puente y una de las zonas más fotogénicas de Ámsterdam.
Seguimos con un tiempo espléndido y llegamos al puente y una de las zonas más fotogénicas de Ámsterdam.
Seguimos hasta en Barrio Chino.
La verdad es que no es demasiado grande y no hay mucho ambiente, por
lo que no estamos mucho tiempo y esto nos lleva a volver al Barrio Rojo, donde ya vemos algunos escaparates con las cortinas descubiertas.
Pasamos por Oude Kerk, donde en la entrada está la famosa piedra del pecho tocado por la mano.
Ya es tarde y entramos por los pelos, ya que cierran a las 6 y aquí sí que son puntuales.
Ya es tarde y entramos por los pelos, ya que cierran a las 6 y aquí sí que son puntuales.
Salimos pasadas las 6 y ahora sí que nos paramos a tomar algo en una
terraza de la zona. A estas horas de la tarde necesitábamos descansar un
rato más que el comer.
Esta ciudad nos ha enamorado y nos está matando de cansancio a partes iguales.
Después de dar un par de paseos más paramos en un coffee shop.
Después de dar un par de paseos más paramos en un coffee shop.
Otro día más bien aprovechado y otro menos para la vuelta a casa. Estamos agotadas!
Tercer y último día
Hoy, aunque es nuestro último día del viaje a Amsterdam,
decidimos que hay que volver a madrugar para ver el parque Vondelpark y
algunas cosas más que nos han quedado pendientes estos días atrás como
la casa de Ana Frank en Ámsterdam.
Ya estamos recorriendo de nuevo las
calles de Ámsterdam camino al primer punto de hoy, la Casa de Ana Frank.
Sin lugar a dudas ésta es una visita imprescindible en Ámsterdam
y aunque había gente que nos había dicho que no merecía mucho la pena, a
nosotras nos ha aportado muchísimo.
Desde aquí ponemos camino al centro, pasando por la fábrica de Heineken.
Son las 3 de la tarde cuando nos acercamos al hotel a recoger nuestras
maletas y nos ponemos camino a la Estación Central donde sacamos los tickets de tren de Amsterdam Central a Shiphol.
El trayecto en tren desde Ámsterdam a Shiphol es de 30 minutos y nada más entrar en el aeropuerto pasamos por las máquinas de auto facturación para recoger nuestro billete y a partir de aquí ya os podéis hacer una idea: espera de un par de horas entretenidos con el wifi gratuito. Qué ojalá aprendiesen todos los aeropuertos de esto!!
El trayecto en tren desde Ámsterdam a Shiphol es de 30 minutos y nada más entrar en el aeropuerto pasamos por las máquinas de auto facturación para recoger nuestro billete y a partir de aquí ya os podéis hacer una idea: espera de un par de horas entretenidos con el wifi gratuito. Qué ojalá aprendiesen todos los aeropuertos de esto!!
Cómo en todas nuestras aventuras no podemos dejar de recomendaros este destino 10!!
Gracias por tan detallado relato! Espero poder hacer la mitad de todo lo que visitaron uds.!
ResponderEliminar